jueves, 6 de diciembre de 2007

LA SUERTE

Jou el penas, acababa las ultimas raciones de su menú en el restaurante chino en el que había decidido cenar, después de haber perdido otra vez el dinero de su salario en el juego, endeudado hasta las cejas y adicto a las apuestas con la única razón de mantener la esperanza de que algún día su misera vida cambiaria, había tragado una vez mas la derrota del perdedor, con sus últimos dolares decidió cenar algo y volver a su cruda realidad. Antes de llamar al camarero, cogió una galleta de la suerte y la abrió, en el pequeño papel ponía: " Esta noche la suerte te acompañara en todo lo que hagas, bajo el influjo de la luna, todos tus deseos te serán dados". Al leerlo sintió un escalofrío y se dispuso a pagar la cuenta del restaurante, amablemente el camarero le indico que no debía pagar la cuenta ya que la casa le invitaba, al ser el cliente un millón que había pasado por el restaurante y que traía mala suerte que el cliente pagara, después le ofreció un licor y le deseo una buena noche; Jou miro el papel de la galleta de nuevo y volvió a sentir de nuevo el escalofrío de antes, por lo que decidió volver al casino, aposto todo lo que le quedaba, al negro, la ruleta giro y la bola callo en el negro, había ganado, la suerte empezaba a sonreirle , volvió a apostarlo todo y de nuevo gano, tirada tras tirada gano hasta reventar la banca y ser invitado a abandonar el casino, esta era su noche pensó, mientras la luna este con el nada lo podrá parar, frank sulivan un matón de tres al cuarto lo había estado observando y le propuso que lo siguiera si quería seguir tentando a la suerte y ganar mas dinero del que nunca había podido imaginar, entraron en un tugurio al este de la ciudad, donde se celebraban partidas ilegales, el juego era simple, un revolver, una bala y el valor suficiente para dispararla con el cañon apuntando a la cabeza del que apretaba el gatillo. la apuesta era muy alta, podías salir rico de ayi o acabar sin vida. Jou decidió jugar, quería cambiar su vida y no tener que vivir miseramente nunca mas, esa era su noche y la iba a aprovechar, metió la bala, giro el tambor del revolver y seguro de si mismo disparo, lo había logrado, pero aun quería mas dinero, de nuevo lo iba a intentar, pero esta vez apostaría todo lo que había ganado en el casino, metió la bala, giro el tambor y disparo seguro de conseguirlo, y de nuevo la suerte le sonrió, nada podía pararle esta noche, decidido a retirarse, Frank le ofreció triplicar la apuesta, si el ganaba ganaría el triple de lo que tenia hasta ahora, la cantidad de dinero era ahora descomunal, nunca había visto tanto junto, aun le daba tiempo a un ultimo intento , todavía brillaba la luna y acepto la apuesta, Frank le dio el revolver y Jou seguro de si mismo apretó el gatillo, junto con el ruido del disparo el brotar de la sangre salpico las paredes del tugurio y el cuerpo de Jou se desplomo contra el suelo, aun quedaban cinco balas mas en el tambor cuando Frank se guardo su revolver en el bolsillo y los primeros rayos de sol despuntaban en el horizonte anunciando un nuevo día. Fin.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando la ambición ciega la razón la noche te lleva a cometer los errores más tremendos jamás imaginado. Condenada al anochecer, encadenada a la noche eterna por propia voluntad, confórmate con lo que tienes pues siempre será mejor tener que no haber tenido o no tener. Dejo mi huella ensangrentada pues el relato me ha tocado hondo. Saludos desde los infiernos y que la luna te acompañe en tu caminar.

Anónimo dijo...

La compasiónn es una de las mejores armas y de ellos será no solo la luz sino también la oscuridad pues ofrecer a cambio de nada es el mejor trofeo que nadie puede conseguir.

Lylbathy dijo...

Paseando por largos caminos, entre las sombras, regreso a tu morada para dejarte unas rosas negras que decoren tu alma noctámbula. Saludos rojos desde lo más profundo de los infiernos

azazel dijo...

..que tal noctambulus..paso a dejarte un saludo, ultimamente ando algo ocupado y no encuentro el momento de crear..pero no quiero que falte mi paso por tu casa..hasta pronto

Lylbathy dijo...

Tus susurros hondean mi oscura alma, debe ser que aun me queda algo de humanidad en ella? Tampoco tengo miedo del infierno, menos aún del cielo, pues observando vuestro mundo me encuentro cada vez más cerca, un mundo de odio, rencor, violencia, de matar incluso a sus propios hermanos... A pesar de todos puedo comprobar que aún hay humanos que conservan la esencia, que caminan igual que en un principio. Mi condena es eterna, pero el candado se puede abrir y cerrar ya que aunque se esté encadenada se puede ser libre, al fin y al cabo nadie se salva de ataduras, sea cual sea su origen; únicamente mi alma y mi cuerpo tienen la llave propia que las abrirá y, aunque sea capaz de castigar también soy capaz de amar. Saludos rojos alma libre.

Lylbathy dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lylbathy dijo...

A ver, que hoy no estoy mucho para nada, suprimi por estar mal escrito. No tengo respuestas a tus preguntas, en otras vidas, quizás sí o quizás no. Y que yo sepa nolo sé que no sé nada. Tu alma es libre o eso es lo que interpreté de tus pensamientos. Tienes tú las respuestas a las mías? Saludos rojos.

Anónimo dijo...

hola muy buenas noches gatito..aqui estoy de nuevo observando que cada día te vas superando..me ha encantado este nuevo relato..que pasada.....
la ambición a veces tiene tintes de intenso veneno..

Comisario Bordelli dijo...

Hoy he tenido, ciertamente, un buen día.

Y tal vez sea por ello, o tal vez por mi acostumbrada falta de lucidez, por lo que me resulta complicado agregar algo a la fantástica historia de Jou que nos ha acercado el amigo Noctámbulus.

Sí quisiera simplificar de algún modo mis pensamientos al respecto añadiendo que sucumbir a la tentación no resulta malo de necesidad. De hecho, Jou sucumbió a la tentación del juego, del que tantas y tantas veces salió perdedor, y logró revertir su tendencia hasta conseguir una fortuna. Lo que mató a Jou, por tanto, no fue sucumbir a la tentación, no. Lo que acabó con Jou fue la poca prevención que le provocó Frank.

Lo que acabó con Jou fue no haber sido capaz de leer el alma humana.

¿A quién no le ha ocurrido alguna vez? Definitivamente, el mundo está lleno de Jous.

Os mando a tod@s un afectuoso saludo, tened por seguro que volveremos a leernos por aquí... y no, no es una amenaza.