El ultimo

En algún lugar de España, el día 1 de agosto, Currito Jimenez se despierta temprano en su primer día de vacaciones, después de asearse y recoger su habitación como de costumbre, se prepara un café y medita a que dedicara su tiempo libre en una ciudad en la que la playa es inexistente y la montaña en el horizonte lejano ni aparece, mientras lo piensa no puede evitar ver mirar hacia la postal de ensueño que tiene pegada en la nevera con un imán y suspirar por no poder cumplir un año mas su gran sueño de irse a Aruba. En un mar de pensamientos por la total disposición de su tiempo y no tener aun ningún plan en que dedicarlo decide dar un paseo. Al salir la calle lo recibe con un silencio inusual, los coches no pasan, el ruido de los niños jugando ha desaparecido, las tiendas y comercios permanecen cerrados y él se deleita con la tranquilidad del momento, las horas pasan y el aburrimiento empieza a aparecer en su interior haciendo que decida volver a casa. Con la intención de ver que dicen las noticias enchufa el televisor que sin previo aviso y debido a los muchos años de existencia no da señales de vida, unos golpes para revivirlo le hacen darse cuenta de que no hay nada que hacer, decide entonces coger la radio que carente de pilas tampoco funciona, como ultima opción recurre al libro que tenia dispuesto para mas tarde y así mitiga las horas siguientes, hasta que el hambre hace su aparición, lo que le lleva a volver a la calle para buscar algún sitio donde comer, de nuevo la calle silenciosa lo recibe y sus pisadas resuenan entre tanto silencio, calle tras calle todo permanece cerrado, nadie se cruza en su camino, por mas que se aleje de su barrio siempre ve lo mismo, entonces se da cuenta, una angustia se empieza a apoderar de él y apresura sus pasos buscando señales de vida en una ciudad vacía en la que nadie queda , los columpios de los parques chirrían mecidos por el viento, los escaparates muestran un cartel que pone : "cerrado por vacaciones".
Lo que ayer estaba repleto de vida hoy se muestra inerte , gris, oscuro, vació, solo cemento y hormigon, calles que cubren el horizonte que sus ojos ven y nadie que le acompañe, un gigante que le oprime sintiéndose pequeño al darse cuenta de que esta solo, el ultimo que queda en la ciudad.
La noche le acecha al llegar, y el miedo se apodera de él ante tanto silencio, tan solo roto por los ladridos de los perros y algunos maullidos de gato, sin poder dormir pasa la noche en vela, al amanecer decide coger el coche y marcharse a algún lugar donde haya gente, emprendiendo un viaje sin mas rumbo que encontrar compañía se marcha no sin llevar un temor dentro de él: y si mas allá del horizonte no hay nadie. Fin