
Entre las calles oscuras de la ciudad, en un rincón perdido de un solitario callejón, una madre y su hija son rodeadas por una pandilla con ansias de sangre, el único delito de sus victimas es el color de su piel. Asustadas se aferran con su espalda a la pared que les indica que ya no podrán escapar, el circulo se va cerrando lentamente sobre ellas, ven en los ojos de sus agresores el deseo cruel, alimentado por el alcohol y la falta de sueños en su

s miserables vidas, su miedo aumenta al darse cuenta de que van a poseer sus cuerpos, mientras los escuchan sus mentes buscan una salida que no aparece, sin saber que hacer al fin gritan en un desesperado intento de que alguien las oiga. A la fuerza las separan y las tiran al suelo agarradas entre varios apenas ya pueden moverse, agitando sus cuerpos en un intento de que no ocurra lo inevitable siguen luchando. Nadie se asoma a las ventanas cerradas, nadie oye nada, pero justo antes de que su voluntad se sienta sometida, una voz profunda surge como un rayo de esperanza " soltarlas!!!" todos se quedan paralizados, la inesperada aparición en escena de alguien mas no entraba en sus planes, una

silueta se entrevé en las sombras, en esos momentos de incertidumbre las mujeres consiguen liberarse y acercarse al extraño que les indica que se apresuren a marcharse, pasados unos segundos mas el jefe de la pandilla empieza a evaluar el peligro del extraño al que ahora se enfrentan y empiezan a moverse con cuidado hacia él. ¿quien sera? se preguntan, pronto se sitúan lo suficientemente cerca para poder verlo y darse cuenta de que han dejado escapar a sus victimas por nada. El extraño hombre es un escuálido y solitario trabajador que volvía a casa y que no resulta ninguna amenaza para ellos, el hecho de que les haya fastidiado la noche le saldrá muy caro. Enseguida se desencadena una lucha desigual, siete contra uno no le dan ninguna oportunidad de vencer, pronto cae al suelo debido a los golpes y patadas que no cesan y a la ira de sus agresores que desencadenan con furia y rabia sus golpes , no sabe cuanto tiempo permanece en el suelo recibiendo golpes, pero llega el momento en que ensangrentado y moribundo ve como cansados se largan y lo dejan. Casi sin conocimiento, no encuentra a nadie que le ayude, aun así en su rostro aparece una sonrisa pues sabe que a hecho lo correcto, a pesar del

miedo que tenia, a pesar de saber que no podría con ellos, del dolor, se siente bien, pues sabe que no a perdido, que a ganado la batalla consigo mismo.
Sus ojos se empiezan a cerrar cuando una voz resuena en sus oídos. " ¿Se encuentra bien amigo? resista que ya he llamado a una ambulancia..." Fin.