sábado, 7 de junio de 2008

El beso de la muerte

La noche oculta entre sombras las calles de la ciudad, oscura , sin luna ni estrellas que la iluminen, sombría, anuncia la llegada de la muerte con el leve murmullo de un viento que hiela la sangre de los mas osados.
Larri espera bajo la luz de una farola y el humo de un cigarro al mensajero de desdichas de la organización, con la mínima esperanza, de que no le traiga un nuevo encargo y pueda despedir al día, sin mas emociones que las del descanso, mientras permanece inmóvil, escudriña a su alrededor la oscuridad que lo envuelve. Un ruido le alerta de la presencia de alguien que se acerca sigilosamente hacia él por su espalda, es al darse la vuelta cuando ve a un nervioso ratero de barrio con una pistola apuntandole y escucha su voz amenazadora pidiéndole que le de todo el dinero que lleve, Larri ve el miedo en los ojos de aquel extraño y los nerviosos dedos que sostienen el revolver hacen el trabajo sin proponérselo disparándole un tiro, llevado de la mano de la suerte, que impacta en el pecho de Larri; todo se vuelve oscuro mientras nota que ahora las manos de aquel tipo le despojan de todo lo que tenga algún valor, sin la menor noción del tiempo contempla una oscuridad total. De repente se ve sin saber como en un local donde una dulce música de tango suena y una calma casi desconocida se apodera de él, enseguida ve que no esta solo, una mujer extraordinariamente bella y de curvas pronunciadas se acerca insinuante, provocando el inicio del baile que al compás de la música hace que sus cuerpos se abracen, con movimientos constantes de sensualidad, y escasos milímetros de separación entre sus labios. El fuego de las almas se aviva entre el contacto de un tango que deja notas de pasión y el deseo de Larri por alcanzar sus labios que huidizos escapan una y otra vez, en un juego donde se estira y afloja lo suficiente un dámelo ahora, y un ahora no me lo des, y unos labios que sin decir nada hablan con un besame.
La música acaba y la mujer desafiante a escasos instantes del preciado regalo de sus labios le rechaza y entre un susurro al oído le dice: " aun no ha llegado la hora de que te bese". De nuevo la luz vuelve sus ojos se abren y después de unos instantes consigue ver de nuevo, ante él ve un rostro conocido, Jack el tijeras le saluda y le explica que el mensajero de la organización lo encontró empapado de sangre medio moribundo y le trajo hasta la clínica, el viejo y alcohólico doctor, solo ve una mirada triste en la cara de Larri, Jack que por un modico precio no hace preguntas y que le ha devuelto a la vida no se extraña, ni dice nada, tan solo se sienta y a la botella de nuevo se agarra.
Los días han pasado y una noche mas la muerte recorre las calles, sigilosa llega a una esquina donde un ratero de barrio a sido acorralado por un implacable y frió Larri que sin buscar venganza recupera su reputación habitual, mientras le dice: " eres afortunado hoy te besara la muerte" . Las balas dejan un cuerpo inerte tras el contacto de sus labios y que solo unos pocos no obtienen al ser rechazados. Fin