sábado, 22 de marzo de 2008

El vecino

Unos cuantos vecinos de uno de los barrios mas antiguos de la ciudad observan la llegada del nuevo vecino, un joven delgado y pálido que vestido de negro entra en lo que ahora es su nuevo hogar, callado y con un halo de misterio desaparece entre las habitaciones del bajo que a comprado, mientras los operarios de la mudanza siguen entrando sus muebles y las planchas para insonorizar el sótano del que dispone, además de los ochenta metros cuadrados y un pequeño patio, donde se van agolpando sus pertenencias en este viernes caluroso. Las horas han pasado sin que apenas el día parezca que se haya dado cuenta y los operarios de la mudanza desaparecen, los últimos en irse son los que están instalando la insonorización del sótano, los cuales le prometen volver el lunes y acabar su trabajo pues no han conseguido acabarlo hoy, así termina un día mas y tras la noche tranquila comienza uno nuevo.
El sábado amanece radiante y el sol deja ver su mejor cara, el día se ha mostrado hermoso y los vecinos parecen agradecerlo reflejando en sus caras un poco mas de alegría que de costumbre, el nuevo vecino hoy madrugo pronto y pocos fueron los que le vieron desaparecer en la lejanía de la calle y no fue hasta que la noche empezaba a reinar y el sol se ocultaba hasta que volvió acompañado de una hermosa joven con la que entro en su recién adquirido piso.
Las horas seguían pasando y la noche reinaba cuando un ahogado grito alerto a la vecina del piso de arriba del nuevo vecino, María la esposa del fontanero del barrio golpeo en el hombro a su dormido marido que con un cambio de posición de su cuerpo siguió ignorando los intentos de María por que se despertara; ella estaba segura de que había oído un grito y en un intento de asegurarse que en el piso de abajo ocurría algo pego la oreja contra el suelo y concentro toda su atención en intentar escuchar el mínimo sonido y así mientras oía, escucho de nuevo tenues gritos que se elevaban del sótano que María sabia que el piso de abajo tenia, no en vano había sido muy amiga de la dueña anterior, nerviosa y con su mente agitada por una inmensa acumulación de pensamientos paso la noche en vela. Amanece de nuevo cuando oye que la puerta del piso de abajo se abre y corre a la ventana para ver a la joven marcharse ocultando su rostro con unas gafas de sol y un pañuelo para que nadie vea sus facciones, agotada se duerme al fin. Un domingo tranquilo deja entrever la calma de un día que pasa lento hora tras hora, de nuevo asoma la noche y otra joven hermosa llama a la puerta del nuevo vecino, María siente un escalofrío al verla entrar desde las escaleras y se promete que si esta noche oye de nuevo gritos dará aviso a la policía y no dejara que pueda hacer daño a nadie mas, hora tras hora sus oídos esperan algún indicio de que la joven que a visto entrar en el piso de abajo se encuentra en apuros, y así cuando el reloj marca las doce de nuevo un grito se oye tenuemente, sin pensárselo dos veces María llama a la policía informándoles de lo que a oído en esos días, en unos minutos la policía se persona en el edificio, sin dar aviso de su presencia, María los espera abajo y les indica cual es el piso del que salen los gritos y le suplica que se apresuren, ante la presunta urgencia del asunto los dos guardias se disponen a entrar con la máxima rapidez reventando la puerta, entrando con porra y pistola en mano corren hasta la puerta del sótano donde un gran cartel los detiene de golpe al leer: La cueva - sesiones sadomasoquistas y otras artes del dolor. Fin.

Vientos de cambio

Larri apuraba su ron añejo en un tugurio olvidado de la mano de Dios, en el barrio mas oscuro de la ciudad; sentado al final del local con los ojos encarados hacia la única puerta del local, mientras esperaba a Jeremi el gordo.
Leonardo il Capo, su jefe, al que estaba atado por una deuda muy antigua le había ordenado reunirse con su lugarteniente en aquel lugar y él como de costumbre obedeció sin hacer preguntas, aunque una extraña sensación se apodero de él desde ese momento, como si un sexto sentido le avisara que nada bueno le depararía ese encuentro, por eso acudió muchas horas antes y se sentó al fondo en la ultima mesa con la espalda contra la pared, y una amplia visión de todo el local, para poder evitar contratiempos. El camarero le sirvió una vez mas otra copa de ron y se retiro, Larri degusto de nuevo su sabor y templo su impaciencia sumiéndose en sus pensamientos; no dejaba de pensar en que solo una vez antes fue su jefe en persona el que le hablo, y en aquella ocasión no le deparo nada bueno ya que le ato de por vida a él, ahora se preguntaba porque fue él y no uno de sus lugartenientes, quien le había ordenado ir a este lugar, y lo mas extraño, porque le dijo que recordara la deuda que le debía y la lealtad que tan solo con él tenia, pronto lo iba a averiguar.
El reloj marcaba la hora señalada cuando tres hombres con gabardina entraron en el local, uno de ellos se quedo cerca de la puerta, los otros dos eran Jeremi y su inseparable guardaespaldas Nick balas de plata, que se acercaron a la mesa de Larri, Jeremi el gordo se sentó delante de Larri y Nick se quedo de pie un paso por detrás sin dejar de mirar cada gesto de Larri.
" Sabes porque estoy aquí ?" pregunto Jeremi nada mas sentarse. " no" contesto Larri fríamente mientras miraba fijamente a los ojos de Nick , y una mueca en sus labios dibujaba una sonrisa. " las cosas están cambiando en la organización, soplan vientos de cambio en las altas esferas y queremos saber si cuento aun con tu lealtad?" Larri solo dijo "claro" y una lagrima broto por su mejilla, mientras su mano derecha mostraba su Smith & Wesson y abatia a Nick con un disparo entre los ojos, el gordo intento huir, mientras la otro mano de Larri volcaba la mesa con la que se protegió del disparo del tipo de la puerta, después Larri uso dos disparos para abatir sin mas demora al único que había conseguido dispararle, luego disparo a las piernas de Jeremi , se acerco a él lentamente y le dijo " el viento siempre cambia de dirección" su ultimo disparo destrozo el corazón del gordo Jeremi.
La noche era mas oscura de lo habitual cuando Larri desapareció entre las calles solitarias
de aquel barrio donde los sonidos no se escuchan y nadie recuerda. Aun le quedaban demasiadas dudas de cual seria ahora su rumbo en este destino incierto... Fin

jueves, 13 de marzo de 2008

El miedo

Muchos son los años que han pasado para llegar a este momento, a este día en que Mario se enfrenta una vez mas a sus temores, de nuevo ha esperado a que un acontecimiento en la plaza mayor reúna a un grupo importante de gente y de nuevo siente el nerviosismo que precede al miedo.
Esta mañana salio decidido a acabar con el problema que le ha estado encogiendo toda su vida, su tremenda timidez, la que ha convertido su mundo en algo muy pequeño, por temor a lo que los demás pensaran de él, a que se rieran; eso ha hecho que cada vez hablara menos, hasta el punto de aislarse tanto de los demás para sentirse seguro, que ya no era capaz de pronunciar palabra alguna en presencia de alguien. Por eso siempre evitaba el contacto directo con los demás encargando todo lo que necesitaba atraves de su ordenador, los repartidores ya se había acostumbrado a dejarle delante de la puerta sus diferentes pedidos y el había conseguido crear un pequeño mundo donde nadie podía dañarle, y se sentía seguro, convirtiéndose en el único dueño de su vida. Tan solo una vez al mes salia de su casa para ir a ver a la única persona con la que se atrevía a hablar, su psicólogo, el mismo desde hacia mas de veinte años; mas de una vez le había pedido que se esforzara en comunicarse pero no lo había conseguido, hasta ahora; en el ultimo momento el miedo se apoderaba de él y se rendía ante la mirada atónita de los que pasaban por su lado al verlo salir corriendo.
Esta vez se había prometido que seria diferente, aunque el mundo se derrumbara ante él no huiría, ya no aguantaba más esa situación, se veía con la necesidad de que los demás se dieran cuenta de que existía, por eso hoy sabiendo que a las doce del mediodía habría una concentración importante de gente había salido de su casa y se había dirigido hasta allí un par de horas antes. El tiempo se antojaba despacio para Mario que no hacia mas que mirar el reloj de su mano izquierda, aun así seguía pasando y poco a poco la plaza se fue llenando de gente, Mario empezó a medida que crecía el numero de gente a ponerse mas y mas nervioso, empezó a sudar y a sentir como su corazón se aceleraba, gotas de sudor caían de su frente aumentando su incomoda situación y sus ganas de desaparecer de aquel lugar, a pesar de sus intentos por pensar en otras cosas en su mente se apoderaba la idea de que tenia que largarse, tan solo le seguía manteniendo allí el recuerdo que quedaba de la decisión que al principio del día tomo y que le recordaba que si hoy tampoco lo conseguía, volvería a la soledad de su casa y a pasar su existencia sin que nadie se diera ni tan solo cuenta de las cosas que podría aportar a este mundo y por las que tantos años trabajo en soledad, sus inventos y el avance tecnológico que su estado le había permitido desarrollar para valerse por si mismo serian la solución de muchos de los problemas de este mundo y nadie sabría de su existencia, si no superaba sus propios miedos, si tan solo pudiera pronunciar una palabra se repetía una y otra vez, sintiendo como el nudo en su garganta crecía y su estomago se endurecía del dolor provocado por sus nervios, todo él era un amasijo de incertidumbres y un volcán a punto de estallar, en un ultimo esfuerzo, enmedio de aquella multitud que lo asfixiaba encogiendolo como nunca antes se había sentido, abrió la boca y dijo en voz baja " Hola" a los pocos segundo una dulce voz que se encontraba a su lado le dijo " Hola me llamo María, y tu como te llamas?" .
Mario la miro y se dio cuenta que el mundo seguía en el mismo sitio, nada había pasado, todo él fue aceptando lo que acababa de suceder, había conseguido dar su primer paso a una nueva realidad... Fin

lunes, 3 de marzo de 2008

El loco

Son las diez de la mañana en el Centro de Seguridad Mental de la ciudad, y es a esa hora cuando le comunica el Director general a Manolo Cisneros, conocidos por todos con el sobrenombre de Loki, que hoy por fin volverá al mundo real, considerado por los médicos como rehabilitado mentalmente y después de cumplir en exceso su condena, por fin volverá a una vida normal.
Por eso se apresura a despedirse de los amigos que en esos diez años a hecho, abrazo tras abrazo se despide de uno en uno, primero del hombre de viento, que le dedica un vuelo en su honor, después del hombre camaleón que se pega a la pared dedicándole su ultimo camuflaje, el repartidor de sonrisas es el ultimo en despedirse de él, dedicándole la mas amplias de sus sonrisas, deseándole que se coma el mundo llenándolo de alegría.
El tiempo se le agota,recoge sus cosas y por fin sale a la calle por la puerta por la que un día entro y que hoy le ve salir, en silencio empieza a caminar hacia la que una vez fue su casa y que se encuentra al otro lado de la ciudad; a las pocas calles ve como un joven en una moto arrastra a una anciana unos cien metros al quererle quitar el bolso, por suerte la anciana tan solo se lleva un disgusto y alguna que otra magulladura y el joven tan solo consigue un bolso vació de dinero, pero lleno de recuerdos de una vida, que desaparecen con la velocidad de una moto. Después de ver que la anciana esta bien Loki sigue su camino en silencio, al cabo de un rato varias calles mas para abajo, ve como dos aficiones rivales de dos equipos de fútbol, se enzarzan en una batalla a golpes, mientras la policía hace lo posible por disolverlos, ve sus caras y se aleja en silencio, emprendiendo de nuevo su camino hacia su casa, unas pocas calles mas cerca de su casa una mujer se pone a su lado y durante una buena parte de su camino le intenta convencer de su doctrina religiosa y de lo mucho que le puede ayudar; mira su cara y extiende la mano para que le de el papel que tanto insiste la mujer que debe coger, a los pocos segundos la mujer a desaparecido y a los pocos segundos de haberse ido encuentra una papelera y tira un papel que ni siquiera a mirado. Al fin se acerca a su barrio y empieza a ver caras que le resultan muy conocidas, primero ve a Sansón, un ex boxeador que trabaja de cobrador de apuestas para Tom el prestamista, despues ve a Juan y Maria, él conserje que aspiraba a mas y que bebe para olvidar los sentimientos de fracasado que tiene, ella una pobre mujer que sigue aguantando los maltratos de su marido por que tiene miedo a enfrentarse sola a la vida, mas allá ve a Marcos comprándole la dosis del día a Michel el camello, muy cerca ya de su casa, ve a Marta apoyada en una esquina esperando al próximo cliente, es al verla cuando recuerda porque le encerraron en el psiquiátrico.
Hace diez años Marta tenia nueve y Loki treinta, vivían uno enfrente del otro, un día que Loki se disponía a abrir la puerta de su casa oyo gritar a Marta, al ver que la puerta de la casa de Marta estaba abierta, entro con cuidado y descubrió a su padre abusando de ella, Loki perdió la cabeza y golpeo una y otra vez a su padre hasta que dejo de respirar, después la policía se lo llevo, fue juzgado, sentenciado, y al final los expertos le diagnosticaron crisis mental aguda con comportamiento violento debido a una esquizofrenia endidometrica y que afloro provocada por el traumatismo mental causado por sus semejantes, así fue considerado inestable y peligroso para los demás.
Loki vuelve en silencio a la realidad al ver a Richard, ahora chulo de Marta, que se acerca hacia a ella para pedirle las ganancias del día, hoy no ha habido suerte y eso provoca que Richard golpee a Marta en el rostro, Loki no dice nada se acerca a Richard y empieza a golpearle una y otra vez hasta que casi sin conocimiento lo deja en el suelo, luego se acerca a su oído y le susurra unas palabras " si la vuelves a tocar o tan solo molestar, volveré a por ti " después se sienta a esperar mientras mira a Marta, a los pocos minutos la policía se lo lleva después de mirar su historial clínico y decidir los especialistas que a tenido una recaída y considerar que su crisis mental aguda con comportamiento violento debido a una esquizofrenia endidometrica y que afloro provocada por el traumatismo mental causado por sus semejantes, es peligrosa para los demás, vuelven a ingresarlo en el centro del que esta mañana había salido, al llegar a su habitación no puede evitar sonreír y susurrar " hogar dulce hogar"... Fin